Blog > Accesos vasculares en hemodiálisis: tipos y cuidados esenciales

Los accesos vasculares son una pieza clave en la vida de los pacientes sometidos a hemodiálisis. Existen diferentes tipos de accesos, como los catéteres venosos, las fístulas arteriovenosas y los injertos, cada uno con características y cuidados específicos. Entender las diferencias y cómo manejar cada tipo de acceso es fundamental para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tipos de accesos vasculares

  1. Fístula arteriovenosa (FAV): Es la primera opción recomendada. Se trata de una conexión quirúrgica entre una arteria y una vena que permite un flujo sanguíneo adecuado para la hemodiálisis. Este acceso tiene una menor tasa de complicaciones, como infecciones y episodios cardiovasculares, en comparación con otros tipos de accesos. Para optimizar su uso, los pacientes deben realizar ejercicios que fortalezcan la vena y permitan su maduración, como la presión con ligas o pinzas.
  2. Catéter venoso central tunelizado: Este catéter es una segunda opción en pacientes que no pueden tener una FAV. Aunque es efectivo para la diálisis, tiene una mayor tasa de infecciones y complicaciones, por lo que se prefiere su uso temporal o en situaciones donde no se puede crear una fístula.
  3. Catéter venoso no tunelizado: Utilizado en situaciones agudas o de emergencia, este acceso es de fácil colocación y está diseñado para ser temporal. Su uso se limita debido a la alta probabilidad de complicaciones a largo plazo, como infecciones y la posible extracción accidental.

Cuidados y recomendaciones

Cada acceso vascular requiere de cuidados específicos para prolongar su vida útil y reducir riesgos. En el caso de las fístulas e injertos, los pacientes deben estar atentos a signos de complicaciones como la formación de aneurismas, que son bolsas que se forman debido a una mala gestión del flujo sanguíneo y que pueden derivar en sangrados masivos. Además, la correcta higiene y observación diaria de la fístula es crucial. Los pacientes deben tocar y palpar la fístula para verificar que esté vibrando, lo que indica un flujo sanguíneo adecuado.

En cuanto a los catéteres, es esencial evitar manipularlos sin la intervención del personal de salud. Estos dispositivos deben mantenerse limpios y protegidos, sobre todo durante el baño, para prevenir infecciones. Asimismo, es importante no utilizarlos para otro tipo de procedimientos médicos, como la toma de muestras de sangre, ya que esto podría comprometer su funcionalidad.

Infecciones y manejo adecuado

El riesgo de infección es uno de los principales desafíos para los pacientes con accesos vasculares. Entre los signos más comunes se encuentran el enrojecimiento, la fiebre, la salida de pus y la sensación de comezón alrededor del área. Estos síntomas requieren atención médica inmediata para evitar complicaciones graves, como la sepsis. Mantener una adecuada higiene de la zona es una medida preventiva eficaz.

Conclusión

Los accesos vasculares son indispensables en el tratamiento de hemodiálisis, pero requieren de un manejo cuidadoso tanto por parte del paciente como del equipo de salud. La clave está en la vigilancia constante, la higiene adecuada y la comunicación oportuna ante cualquier signo de complicación. Con estos cuidados, se puede garantizar una mayor supervivencia del acceso vascular y, por ende, mejorar la calidad de vida del paciente.

Referencias:

  1. Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Accesos Vasculares en Hemodiálisis. Instituto Mexicano del Seguro Social, 2020.
  2. KDOQI Clinical Practice Guidelines for Vascular Access: 2019 Update, National Kidney Foundation.
  3. Manual de Accesos Vasculares en Diálisis. Federación Nacional ALCER, 2018.

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