La hipertensión gestacional, también conocida como hipertensión inducida por el embarazo, es uno de los trastornos más comunes y graves que pueden afectar a las mujeres embarazadas. Este trastorno, que se caracteriza por la elevación de la presión arterial después de las 20 semanas de gestación, tiene implicaciones significativas tanto para la madre como para el feto, y su manejo adecuado es fundamental para prevenir complicaciones severas.
¿Qué es la hipertensión gestacional?
La hipertensión gestacional se define por la aparición de valores elevados de presión arterial superiores a 140/90 mmHg, registrados en al menos dos mediciones separadas por un intervalo de 4 a 6 horas, en mujeres previamente normotensas. Es crucial destacar que esta condición se diagnostica únicamente después de las 20 semanas de embarazo. Si los niveles de presión arterial no vuelven a la normalidad después de las 12 semanas postparto, se trata entonces de hipertensión crónica no diagnosticada previamente.
Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta es que hasta un 50% de las mujeres que desarrollan hipertensión gestacional podrían evolucionar hacia preeclampsia, una condición más severa que puede generar daño multisistémico, afectando órganos como el riñón, el hígado y el cerebro, además de aumentar el riesgo de complicaciones fetales.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo más comunes para desarrollar hipertensión gestacional se incluyen:
- Preeclampsia en embarazos previos.
- Historia familiar de preeclampsia.
- Hipertensión crónica o enfermedad renal previa.
- Diabetes y obesidad.
- Embarazos múltiples.
- Mujeres nulíparas (primer embarazo).
- Edad extrema en la reproducción (muy jóvenes o mayores de 35 años).
Diagnóstico y manejo
El diagnóstico de hipertensión gestacional se basa en el control regular de la presión arterial durante las consultas prenatales, y el uso de herramientas complementarias como la ecografía Doppler para evaluar el bienestar fetal y la función placentaria. En los casos en que la presión arterial excede los 160/110 mmHg, se requiere un manejo urgente para evitar complicaciones graves como la eclampsia o el accidente cerebrovascular.
El tratamiento se divide en dos grandes categorías: no farmacológico y farmacológico. Dentro de las medidas no farmacológicas, la reducción de la actividad física y el seguimiento estricto son esenciales. Sin embargo, no se recomienda el reposo absoluto, ya que aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda. Las pacientes deben recibir orientación sobre los síntomas de alerta, como dolor de cabeza severo, visión borrosa o dolor en el hipocondrio derecho.
En cuanto al tratamiento farmacológico, los medicamentos más usados y seguros incluyen la alfametildopa y el labetalol, que son considerados de primera línea. Otros fármacos, como la amlodipina, se están utilizando con éxito en algunos centros, aunque con menos evidencia a largo plazo.
Prevención y cuidados postparto
La prevención de la hipertensión gestacional pasa por un control riguroso de los factores de riesgo y la vigilancia constante de la presión arterial en las consultas prenatales. En cuanto a los cuidados postparto, se recomienda el seguimiento estrecho de la presión arterial durante las primeras 48 horas después del nacimiento, ya que es un periodo crítico donde pueden presentarse complicaciones. En la mayoría de los casos, la presión arterial vuelve a niveles normales dentro de las 12 semanas postparto.
El único tratamiento curativo para la hipertensión gestacional es la finalización del embarazo, lo que destaca la importancia de elegir el momento adecuado para inducir el parto, especialmente en casos severos donde la salud materna y fetal están en riesgo.
Referencias bibliográficas
- Organización Mundial de la Salud (OMS). “Guía sobre el manejo de los trastornos hipertensivos del embarazo.” 2020.
- Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). “Protocolo sobre hipertensión gestacional.” 2019.
- Mardones Santamaría, G. et al. “Trastornos hipertensivos del embarazo: manejo y seguimiento.” Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, 2021.
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